viernes, 13 de noviembre de 2009

Paradigma Tema III

Paradigmas Tema III Clase de Metodología Profesora: Evelin Fernández Lea cuidadosamente el material que a continuación se le presentas y conteste las siguientes interrogantes: 1. ¿Qué es paradigma para Briones y T. Kuhn? 2. ¿Cuál es la clasificación paradigmática sugerida por J Haberman? 3. ¿Cuál es la utilidad de uso de un paradigma en la investigación? 4. ¿Cuáles son los cinco paradigmas que dominan el escenario de la investigación científica según el autor y cuáles son los principios de cada uno? 5. ¿Cuáles son las principales corrientes filosóficas que sirven de punto de apoyo de estos paradigmas? 6. De acuerdo a la lectura realizada, ¿cuál es tu punto de vista con respecto a los paradigmas? 7. De acuerdo a la lectura realizad, ¿con cuál de los paradigmas te identificas más? Tomado de: Cerda, Hugo. (1990). Introducción a la Investigación. Ediciones Búho. Bogotá Colombia. Tipologías y paradigmas de la investigación científica En la actualidad se hace muy difícil clasificar la inmensa cantidad y variedad de modalidades investigativas, que si bien en muchos casos no pasan de ser simples técnicas y métodos, se les ubica dentro de determinada tipología. Pero detrás de cada uno de estos tipos de investigación se encuentra una concepción filosófica que los sustentan y los respaldan teóricamente, y que en la terminología actual se le denomina paradigma de investigación. Como veremos, no siempre estos paradigmas se derivan o son una extensión operativa de determinadas escuelas o concepciones filosóficas, sino que en muchos casos se nutren de elementos conceptuales provenientes de diferentes corrientes. Para Guillermo Briones, un "paradigma de investigación" es "una concepción del objeto de estudio de una ciencia, de los problemas para estudiar, de la naturaleza de sus métodos y de la forma de explicar, interpretar o comprender según el caso los resultados de la investigación realizada. En conjunto, el paradigma define la que constituye la ciencia "legítima" para el conocimiento de la realidad a la cual se refiere"7. El propio autor citado grafica de esta manera el paradigma de investigación: Concepciones ® paradigma de ® Investigaciones filosóficas investigación El concepto fue redescubierto por Thomas Kuhn, quien en su obra "La estructura de las revoluciones científicas" lo utiliza para caracterizar el marco conceptual y metodológico en el que son planteados y sucesivamente resueltos los problemas de la investigación científica. De esta manera constituye un todo más o menos coherente mediante el cual el investigador se relaciona con sus objetivos de estudio. Para muchos autores ha sido muy difícil justificar un concepto que parece tener muchas definiciones diferentes a partir de la obra de Kuhn (Margaret Masten nos habla de 21 caracterizaciones diferentes). Una de las clasificaciones paradigmáticas más difundidas en la actualidad, es la sugerida por el filósofo alemán J. Habermas en su obra "Conocimiento e interés", donde nos habla de 3 paradigmas o categoría de procesos de investigación: empírico-analíticos, histórico-hermenéuticos y de la acción. En las primeras hay un interés TECNICO, e las segundas un interés PRACTICO, y en las de acción de un interés EMANCIPATORIO. Esta clasificación parece tener sólo validez en el plano puramente epistemológico, ya que en el momento de traducirla los niveles operativos de la investigación científica, pierde consistencia. A juicio de los expertos, si un paradigma no nos aporta ningún elemento que nos sirva para orientar y dirigir teórica y operativamente un proceso investigativo, éste no tiene razón de ser. Para otros, como el investigador Guillermo Briones, un paradigma no es otra cosa que la traducción en términos operativos y metodológicos de las ideas, conceptos y representaciones que se efectúan sobre u objeto de estudio. Su utilidad en la investigación científica es innegable ya que en el momento de apoyarse en un paradigma reconocido, e posible superar las contradicciones que tradicionalmente pueden surgir entre ciencia y realidad, entre la teoría y la práctica. Al surgir esta instancia intermedia, es posible integrar y combinar muchas concepciones, y resolver los abismos que las superan. No hay que olvida que en la actualidad, entre los investigadores existe cierta tendencia a eclecticismo ya la búsqueda de un punto de encuentro entre modelo teóricos tradicionalmente aceptados como antagónicos y que alguno identifican con el nombre de "investigación total". O sea un: investigación abierta, interdisciplinaria, multidimensional, plurivalente y sólo sujeta a las restricciones determinadas por la consistencia y coherencia propias del proceso investigativo desarrollado. Pero a pesar de su "totalidad", existe un énfasis y predominio de ciertos órdenes de ideas. Hoy día se habla de 5 paradigmas que domina el escenario de la investigación científica: Marxista, Funcionalista, Analítico, Interpretativo, Estructuralista. Algunos teóricos de la investigación no están plenamente convencidos de la existencia de estos paradigmas y consideran que éstos son el resultado de una clasificación arbitraria de los filósofos y de los epistemólogos, que buscan establecer un puente artificial entre la teoría y la práctica investigativa. Creemos que los prejuicios en torno a los paradigmas son injustos, ya que en la práctica se ha podido comprobar que esta articulación de lo filosófico y lo operativo, propio del proceso investigativo, ha posibilitado alcanzar mayores niveles de unidad entre lo teórico y lo práctico, que normalmente se ha constituido en un eterno dolor de cabeza de la investigación científica. Debido a que el estudio de los paradigmas de investigación es un tema complejo y denso, donde se conjugan numerosas doctrinas y postulados filosóficos, epistemológicos, lógicos, estadísticos y metodológicos, sólo nos limitaremos a destacar algunos principios generales de cada uno de estos paradigmas. El paradigma marxista se fundamenta en las categorías y principios propios del materialismo histórico y dialéctico. La dialéctica marxista, a juicio de sus partidarios, es una ciencia que trata de las leyes más generales del desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento humano. Marx y Engels estructuraron la dialéctica sobre la base de la concepción materialista del proceso histórico y del desarrollo del conocimiento, generalizando los procesos reales que ocurren en la naturaleza, en la sociedad y en el pensar. En la dialéctica científica se combinan orgánicamente las leyes del desarrollo tanto del ser como del conocer, dado que tales leyes por su con tenido, son idénticas y sólo se diferencian por la forma. De ahí que la dialéctica materialista sea no sólo una doctrina ontológica, sino además gnoseológica, una lógica que examina el pensamiento y la cognición tanto en su devenir como en su desarrollo, y en ellos está contenido como tendencia su futuro, es decir, aquello que devendrá. Este materialismo dialéctico se encuentra fundado en algunas leyes y principios generales, que a la postre son los que caracterizan y definen este paradigma investigativo. Son los siguientes: Ley de la unidad y lucha de contrarios Ley de transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos Ley de la negación de la negación La ley de la unidad y lucha de contrarios implica la existencia de contradicciones, que es un modo de transformación de los fenómenos o procesos, en razón de la presencia en su seno de aspectos opuestos que suponiéndose necesarios el uno y el otro, tienden a excluirse mutuamente, pero a su vez coexisten simultáneamente, pues el uno supone al otro. La ley de transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos revela las vías y formas de desarrollo del mundo material y social, y la ley de la negación se refiere a la tendencia principal y la correlación de lo viejo y lo nuevo en el desarrollo del mundo natural y social. En un intento por darle a la concepción materialista dialéctica una metodología propia en el terreno cognoscitivo, científico y educativo, surgió en la década del 60 en la Unión Soviética, una serie de teorías y planteamientos que cuestionaron las rígidas y dogmáticas posiciones dominantes. Los soviéticos Davydov, Majmutov y otros, dieron nacimiento a una concepción denominada concepción problémica, que en sus comienzos surgió como un método y un método pedagógico, pero que posteriormente se transformó en un verdadero paradigma investigativo que lentamente ha tenido relativo auge en varios países. Los fundamentos de esta concepción se centran en los principios de la problemicidad de los conocimientos nuevos que se descubren y la suposición del objetivo. Realmente no existe pleno acuerdo sobre cómo definir el término "problemicidad", ya que para muchos éste va más allá del problema y se refiere a las diversas contradicciones que surgen entre lo conocido y la desconocido o buscado, y que culmina con la solución del problema. Para otros en cambio, la problemicidad tiene un significado más formal, ya que tendría relación con el proceso del planteamiento del problema. Aunque al paradigma marxista no se le reconoce directamente existencia como método investigativo con características propias, ha influido poderosamente en la gestión y estructuración de algunas modalidades de la investigación cualitativa, de tipo histórico o socioeconómico, de ahí que se afirme que el paradigma marxista se ha constituido en un foco potencial de influencias, pero no en una realidad metodológica o científica de la investigación. El paradigma funcionalista tiene muchas variantes y corrientes diferentes, de ahí la dificultad para unificar los criterios frente a lo que usualmente se define como "función" y "funcionalismo", conceptos sobre los cuales se asienta este paradigma. Según Robert Merton, uno de los autores que introdujeron prácticamente el término en la investigación, define la función como "una consecuencia objetiva observable, producida por la presencia de un elemento en el seno de un sistema social, la cual aumenta o mantiene su grado de integración"8. Este paradigma surgió a partir de algunos principios básicos tomados de los trabajos de Max Weber, Wilfredo Pareto y Emilio Durheim, el padre del positivismo, desarrollados posteriormente por los antropólogos Malinowski y Radliffe-Brown, estructurados y puestos en práctica por los sociólogos norteamericanos Parsons y Merton. Este paradigma se asocia con los postulados de la sociología norteamericana que critica el método histórico y que considera que la exigencia primordial de la investigación consiste en establecer empíricamente los hechos del caso en estudio, o sea, le interesan los estados manifiestos. Merton, a la inspiración o carácter vago del método histórico, opone la seguridad de las técnicas de encuesta y de análisis del contenido manifiesto. Su función no es transformadora como en el caso marxista, sino investigar la realidad de un sistema para, primero detectar los aspectos disfuncionales del sistema, y posteriormente, procurar los argumentos y la información que sirva para convertirlos en funcionales, y de esta manera preservar y asegurar la existencia y el funcionamiento del sistema. O sea los "funcionales" son positivos para el sistema social y son "disfuncionales", si provocan un estado de ruptura con dicho sistema. El paradigma funcionalista toma muchos aspectos del empirismo clásico y del positivismo, pero en general se le socia con algunas corrientes idealistas actuales: fenomenología, realismo crítico, personalismo, pragmatismo, etc. El paradigma analítico, al igual que el funcionalismo, tiene facetas muy distintas y que algunos derivan de un materialismo moderno no marxista y de un realismo científico que se encuentra vinculado con las concepciones propias de la lógica-matemática y del neopositivismo. Paúl Lazarsfeld, afirma que la metodología en las ciencias sociales es necesariamente un enfoque analítico que analiza estudios concretos para explicitar los procedimientos que se emplearán, los supuestos subyacentes que se consideraron y los modos de explicitación que se ofrecieron. Uno de los criterios dominantes de este paradigma es la existencia de las variables, que a la postre se constituyen en las dimensiones de un fenómeno y las cuales tienen como característica principal, la capacidad de asumir distintos valores. El paradigma cualitativo-interpretativo se asocia fundamentalmente con la investigación cualitativa, particularmente en el campo de las sociedades sociales. Metodológicamente se caracteriza por el énfasis que hace en la aplicación de las técnicas de descripción, clasificación y explicación. De los tipos de investigación más comunes que forman parte de este paradigma, habría que mencionar el etnográfico, antropológico, estudios de casos, etc., sobre los cuales hablaremos más ampliamente en los próximos capítulos. Finalmente el paradigma estructuralista tiene sus orígenes en la década del 50, particularmente en el campo de las ciencias sociales, pero fue el antropólogo Claude Lévy-Straus quien dio forma a su cuerpo teórico y práctico. Su nombre nos sugiere que su base es la idea de estructura, que en términos generales se utiliza para designar el modo cómo las parte de un todo están articuladas unas con otras, formando una totalidad concreta. La estructura es lo que da unidad a la disposición interna de un conjunto que perdura en el tiempo Pero la estructura también, es lo que da significación a cada una de las partes, que son dependientes del todo y solidaria entre sí, de tal manera que toda modificación en cualquiera de ellas, afecta inevitablemente a las demás. La concepción estructuralista ha invadido la mayoría di las disciplinas de las ciencias sociales y humanas, de ahí que exista un enfoque estructuralista en el terreno de la psicología, de la lingüística, en las ciencias económicas, etc., donde se destacan nombres como Jean Piaget, Roman Jacobson: otros. Como método, el estructuralismo consiste en confrontar conjuntos diferentes para descubrir una estructura común y diferencias significativas que, al mismo tiempo, permitan la distinción y relación entre ellos. Fundamentos filosóficos y epistemológicos de los paradigmas de investigación Es evidente que todos estos paradigmas de investigación son el resultado de directrices y derroteros señalados por diversas corrientes filosóficas y epistemológicas, la mayoría de las cuales tienen su propia concepción sobre el proceso de construcción de la ciencia y sobre los criterios teóricos que sustentan la investigación científica. ¿Cuáles son las principales corrientes filosóficas que sirven de marco teórico y de punto de apoyo de estos paradigmas? Son numerosas, y mencionarlas todas nos obligaría a efectuar una verdadera historia de la filosofía, de ahí que nos limitaremos a mencionar las más conocidas. Por otra parte es muy difícil encontrar "químicamente puras" estas corrientes o escuelas filosóficas, ya que en muchos paradigmas sus postulados y fundamentos se entremezclan y se combinan para dar nacimiento a concepciones eclécticas y multifilosóficas. Con un criterio más bien formalista que crítico o riguroso, hacemos referencia a aquellas características más destacadas de estas corrientes, las cuales muchas veces asumen una actitud y una posición diferente y aun discrepante, frente al problema del conocimiento, o sea, frente al proceso en virtud del cual la realidad se refleja y se reproduce en el pensamiento humano. El empirismo es una teoría epistemológica que considera la experiencia sensorial como única fuente del saber. Afirma que todo conocimiento se fundamenta en la experiencia y se adquiere a través de la experiencia. La doctrina fue desarrollada originalmente por un grupo de filósofos ingleses, entre los cuales cabe destacar a Locke, Berkeley, Hume, Francis Bacon, Hobbes y otros. Si bien históricamente el siglo XVIII marca el comienzo de una concepción que ha tenido gran influencia en el desarrollo de la investigación científica, es en el siglo XX cuando adquiere mayor preeminencia este postulado centrado en la fuente de la experiencia sensorial como procedimiento fundamental del conocimiento y de la experiencia cognoscitiva. En este terreno, el empirismo tradicionalmente se ha enfrentado con el racionalismo. El punto principal de la divergencia está en que el empirismo infiere de la experiencia y no de la mente misma, como lo hace el racionalismo, el carácter universal y necesario de los conocimientos. Los críticos de esta escuela afirman que ésta sobrestima y sobre valora la experiencia y subestima el valor de las abstracciones, de la teórico y teorías científicas de la cognición. Al sobre valorar la experiencia, a juicio de éstos, se niega el papel activo y la independencia relativa del pensar. Uno de los aspectos más notorios que caracteriza el modelo empirista en la investigación y en la producción de conocimientos es el lugar privilegiado que ocupa el dato. Se parte del supuesto de que la verdad está contenida en los hechos, por lo tanto la tarea primordial de la práctica científica radica en constatar y en medir estos hechos con el fin de establecer, posteriormente relaciones que nos permitan generalizar a niveles de mayor abstracción. Usualmente los datos se registran a través del empleo de técnicas, todas consideradas "objetivas", particularmente fundamentadas en principios y reglas estadísticas. Una vez aplicadas las técnicas para obtener la información, se comienza el proceso de refinamiento de los datos, es decir, se elaboran y se traducen los indicadores, sintetizando en índices y estableciendo relaciones estadísticas. A partir de este proceso estaríamos en condiciones de realizar las interpretaciones teóricas. En esta práctica no existen ni principios ni teoría que guíen la selección de lo que va a ser asunto de nuestro estudio, sino que sólo se establecen objetivos y propósitos operativos e instrumentales. Esta dictadura del "dato" en el caso empírico, es cuestionada por Mario Bunge, que afirma que ningún dato es por sí mismo una evidencia, sino que debe convertirse en tal una vez interpretado con la ayuda de una teoría. Ninguna evidencia es absoluta, ni tampoco anterior a la teoría. En cambio los defensores de esta escuela, argumentan que sus críticos exagerado. De ahí que aduzcan una coherencia entre las variables y los indicadores, o sea, que plantean la existencia de una inferencia legítima no supuesta arbitrariamente entre la información obtenida y la elaboración teórica posterior, tratando de asegurar la validez de sus proposiciones. Para el racionalismo, según Guillermo Briones "los conceptos a priori no se basan en la experiencia sensible, sino que son producidos directamente por la razón o el intelecto (como los conceptos de causa y sustancia), si bien admiten que algunos conceptos tienen un origen empírico"9. Otro punto de discrepancia entre los empiristas y los racionalistas, es según Briones, el problema de la verdad, ya que a juicio de los segundos, "todas las verdades necesarias son a priori, ya que la experiencia sólo nos puede decir que algo ha ocurrido o es probable que ocurra, pero de ninguna manera que ese algo debe ser así"10. En síntesis, el racionalismo como teoría gnoseológica plantea que la universalidad y la necesidad caracteres lógicos del saber verdadero no pueden inferirse de la experiencia, ni de las generalizaciones de la misma. Sólo pueden extraerse del propio entendimiento, de conceptos que le son innatos o de conceptos que existen sólo en forma de aptitudes, de predisposiciones del entendimiento. El racionalismo en su fase clásica surgió como intento de explicar las particularidades lógicas de las verdaderas matemáticas y de la ciencia natural matemática, y sus representantes más destacados fueron descartes, Spinoza, Kant, Fichte, Leibniz, Hegel y Schelling en los siglos XVII, XVIII y XIX, respectivamente. Pero no hay duda de que es el racionalismo contemporáneo el que más ha influido en los presupuestos teóricos de la investigación científica, cuyo representante más importante es el francés Gastón Bachelard, el cual busca relacionar la filosofía con la ciencia, precisamente con la clara intención de construir una filosofía de las ciencias. Las ideas epistemológicas de Bachelard plantean que el investigador debe buscar el porqué del objeto de estudio, debe ir más allá de la apariencia, de lo fenomenológico, con una actitud expectante, crítica frente a lo conocido y lo desconocido, siempre en guardia contra los conocimientos aceptados y tradicionales. El materialismo ha tenido muchos enfoques y posiciones a través de la historia, o sea, que no podemos hablar de una teoría única y absoluta. En la concepción marxista, el l materialismo se opone al idealismo, al cual considera una corriente filosófica anticientífica. Desde ese punto de vista, el materialismo confirma el carácter primario de lo material y el carácter secundario de lo espiritual y de lo ideal en la concepción filosófica del mundo y la existencia. Lo cual significa que el mundo es eterno, que no ha sido creado, que es infinito en el tiempo y en el espacio. Pero fundamentalmente el materialismo científico afirma que la conciencia es un producto de la materia altamente organizada y la concibe como un reflejo del mundo exterior, con lo cual afirma que la naturaleza es siempre cognoscible. Desde el ingenuo materialismo del atomismo de los filósofos griegos Demócrito y Epicuro, hasta las concepciones del materialismo, marxista y del fisicalismo, los fundamentos de esta concepción filosófica se centran en el concepto y noción de materia, que comprende todos los fenómenos y procesos del mundo objetivo existentes fuera de la conciencia y del espíritu humano. Para los marxistas, el materialismo dialéctico se constituye en la base general para el desarrollo de la teoría económica, social y política de esta ideología, se opone al materialismo vulgar de los griegos que era mecanicista y metafísico, ya que no da cuenta del desarrollo de los procesos desde su instancia más simple hasta la más compleja, porque a juicio de ellos la materia en su conjunto no es inmutable. Como ya la señalamos anteriormente, la escuela o corriente opuesta al materialismo es el idealismo, que a similitud de las otras escuelas filosóficas tiene muchas vertientes diferentes. También en esta corriente las concepciones fluctúan entre el idealismo objetivo de Platón y el neoplatonismo, y las modernas concepciones fenomenológicas Husserl y otros; pero en esencia se plantea como postula central que los objetos físicos no pueden tener existen aparte de una mente que sea consciente de ellos. Pero cualquier posición que asuma históricamente el idealismo, en general se caracteriza por la importancia que le asigna a la conciencia, a las ideas, al pensamiento, al sujeto y al yo en el proceso del conocimiento. Entre las posiciones contemporáneas hay que destacar la fenomenología, que ha ejercido gran influencia en la investigación científica, particularmente los ti bajos de Husserl, Heidegger y de Merleau-Ponty. El concepto central de la fenomenología está destinado a sustentar el principio idealista subjetivo de que "no hay objeto sin sujeto”. Para sus partidarios, los estados de la mente se caracterizó básicamente por tener una "intencionalidad", una dirección hacia los objetos y que es necesario distinguir entre el objeto como tal y la significación que se le da. Como consecuencia de ello, el filósofo se interesa especialmente por los procesos que se dan en el entendimiento y el uso significativo del lenguaje. En cambio el investigador que actúa dentro de sus linderos, reduce el estudio que la realidad a los niveles de una mera investigación teórica y conceptual. Para algunos, la fenomenología no es otra cosas que una variante del eidetismo que como sabemos es una actitud psicológica que se observa particularmente en niños de corta edad, que representa mentalmente la visto con anterioridad con mucha nitidez de detalles, como si el estímulo estuviera presente. Son las "imágenes intuitivas subjetivas", producidas por la fantasía (no por el objeto) como representaciones corrientes, iguales en claridad plástica a las percepciones normales. La fenomenología busca aprehender los hechos de la conciencia por medio de la intuición. Considera el fenómeno prescindiendo de la realidad subyacente que le corresponde y ve en él el objeto total que se da a una conciencia cognoscitiva. No se hace ninguna distinción entre el fenómeno y el contenido real. En sociología y en general en las ciencias sociales, la aproximación fenomenológica a la realidad social consiste, no tanto en la descripción o explicación de los hechos objetivos (como lo hace el positivismo), sino en la comprensión de los mismos y del sentido que revisten para los sujetos que los viven. Pero no hay duda de que una de las corrientes que más ha influido en la investigación científica contemporánea, y que para algunos es la concepción filosófica y metodológica por antonomasia de la investigación, es sin lugar a dudas el positivismo. Esta corriente rechaza y asume una posición crítica frente a cualquier tipo de tendencia que busque conocimientos por medio de especulaciones metafísicas o idealistas. De igual manera toma como bandera central la negación de la filosofía en calidad de concepción del mundo, rechazando todo aquello que no esté sujeto a la comprobación experimental. Intenta crear una metodología o "lógica de las ciencias", que se constituya en el único camino para conocer la realidad. El padre de esta escuela filosófica es el inglés Francis Bacon, que afirmaba que los filósofos no deben buscar más allá de los límites de la naturaleza. En el siglo XIX, y en el campo de la sociología, le correspondió a Augusto Comte la tarea de definir y caracterizar el término "positivismo", concepto que hace parte de su clásica división de los tres estadios: teológico, metafísico y positivo. Los puntos más críticos del positivismo se refieren principalmente a su tendencia por separar los juicios de hecho de los juicios de valor, o sea, de las ideologías. Parte del supuesto de que toda ciencia debe ser neutra, imparcial y objetiva, que como sabemos es la tendencia dominante de muchos científicos e instituciones contemporáneas. De igual manera es criterio de que la sociedad, para efectos de su conocimiento, debe ser tratada, estudiada o conocida con los mismos procedimientos que se utilizan en el estudio de las ciencias naturales. A juicio de lo positivistas, la sociedad está regida por leyes naturales, invariables e independientes de la voluntad y de la acción humana. Algunos impugnadores de esta corriente afirman que en cierta forma, su método es la transposición del método de las ciencias físicas a las sociales. Divide la "lógica científica" en dos aspectos fundamentales, que a la postre se constituyen e los instrumentos principales del positivismo en la investigación científica: la descripción y la explicación. Describir significa en este caso medir, cuantificar y más ampliamente, expresar los fenómenos por la atribución de números y medidas. Esto implica la reducción de la realidad a sus aspectos cuantificables y mensurables. Esta descripción presupone una aceptación de la sociedad, de los datos de hecho, separado en variables o aspectos más o menos aislados. Para "explicar según esta corriente, también se aíslan los acontecimientos e variables, se particularizan las condiciones causales del fenómeno, o sea, se busca controlar una determinada relación. La explicación se hace en el universo de la aceptación y de la contemplación, según una hipótesis formulada por el investigador, para después buscar hechos que se adapten a ella. En la segunda década del siglo XX surge un segundo tipo de positivismo, denominado positivismo lógico, que tuvo s asiento en el Círculo de Viena, integrado por un grupo de filósofos alemanes y austriacos, entre los cuales cabe destaca a Camap, Neurath y otros. Tradicionalmente se les reconoce como los gestores de un neopositivismo, que si bien tienen como punto de apoyo las concepciones de Bacon y Comte, diferencia de éstos, renuncia a la posición psicológica y biologizante en el problema del conocimiento e intenta combina el empirismo idealista subjetivo con el análisis lógico del saber. Según el positivismo lógico, la auténtica filosofía científica sólo es posible como análisis lógico de la ciencia, el cual ha de tender, por una parte a eliminar la "metafísica" (es decir, la filosofía) y por otra, a investigar la estructura lógica del conocimiento científico con el fin de descubrir el contenido "dado directamente" o empíricamente comprobado de los conceptos o aseveraciones científicas.

1 comentario:

  1. Muy buen aporte, pero deberías colocar la FUENTE del mismo, de modo que no constituya un "Plagio":
    HUGO CERDA GUTIERREZ
    LOS ELEMENTOS DE LA INVESTIGACION COMO RECONOCERLOS, DISENARLOS Y CONSTRUIRLOS
    EDITORIAL EL BUHO
    ISBN: 958-9023-65-7 1 a. edición: 1991 2a. edición: 1995
    1a. reimpresión: 19982a. reimpresión: 20003a. reimpresión: 2002

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