jueves, 29 de abril de 2010

CLASE I CONOCIMIENTO CIENTIFICO

INTRODUCCIÓN

Metodología de Investigación
Profesora: Johanna Mayr
INACAP-Osorno



“Investigar significa pagar la entrada por adelantado y entrar sin saber lo que se va a ver” (Oppenheimer)

El presente apunte tiene como objetivo central, describir en forma sucinta el proceso que se debiera seguir para desarrollar una investigación, mostrando cada uno de los pasos que intervienen en dicho proceso. Aquí se encontrará un desglose de cada etapa de una investigación, así como también algunas conceptualizaciones básicas de cada término utilizado en ellas. Sin embargo es bueno reflexionar sobre lo siguiente:

“Es importante aprender métodos y técnicas de investigación, pero sin caer en un fetichismo metodológico. Un método no es una receta mágica. Más bien es como una caja de herramientas, en la que se toma la que sirve para cada caso y para cada momento” Ander-Egg

UNIDAD 1.- CONCEPTOS GENERALES

1.1.- CONOCIMIENTO COTIDIANO Y CONOCIMIENTO CIENTÍFCO

Los tipos de conocimiento pueden discernirse de dos modos principales:

Cotidiano

Científico

Por saber cotidiano entendemos el que se adquiere en la experiencia cotidiana. Son conocimientos inconexos entre sí, constituidos por yuxtaposición de hechos y casos. Es un saber que se posee sin haberlo buscado y que se adquiere en el trato cotidiano y directo con los demás seres humanos. Es el mínimo de conocimientos que debemos poseer para movernos en nuestro ambiente y según las épocas y estratos sociales cambia en su contenido y extensión. Se caracteriza por ser superficial, no sistemático y acrítico.

El conocimiento científico nace en el lugar donde la experiencia y el conocimiento cotidiano dejan de resolver o plantear problemas, cuando no basta la simple captación de lo externo o el sentido común. Superar la inmediatez de la certeza sensorial es el salto que nos lleva al conocimiento científico. Aquí la separación es de grado. No está dada por la naturaleza del objeto del conocimiento, sino en la forma de percibirlo. El conocimiento científico pretende relacionar de manera sistemática todos los conocimientos adquiridos acerca de un determinado ámbito de la realidad.

1.2.- CIENCIA

Ciencia significa saber o conocer, acumular conocimientos. Para llegar a lo que hoy conocemos como ciencia el hombre ha recorrido un camino que ha pasado por tres hitos: mito y magia, conocimiento racional autónomo y experimentación. En nuestros días se entiende por ciencia un conjunto de conocimientos racionales, ciertos o probables, que obtenidos de manera metódica y verificados en su contrastación con la realidad se sistematizan orgánicamente haciendo referencia a objetos de una misma naturaleza, cuyos contenidos son susceptibles de ser transmitidos. La ciencia es un producto social. La motivación fundamental de todo progreso humano es la necesidad, la que bajo la forma d problema se transforma en el motor del desarrollo científico y tecnológico.

CIENCIA: Conceptos Generales

Marcelo Rojas C.
Manual de Investigación y Redacción Científica


La meta de un científico es: incrementar su habilidad para: 1) explicar (no describir, sino explicar los fenómenos que lo determinan), 2) predecir (sucesos futuros o fenómenos no observados hasta entonces) y 3) controlar (posibilidad de manejar alguna condición que determina un “hecho” favorable o desfavorable) las condiciones y los sucesos (“hechos”,experiencias, cambios, acontecimientos).

1. CIENCIA o Conocimiento Científico.

Es un conocimiento racional (empleo y predominio de la razón para la explicación de los fenómenos), sistemático (unificar conocimientos: fundado, ordenado y coherente) y verificable (por la observación o experimentación), que tiene como propósito la comprensión y control de los fenómenos. Este rigor que caracteriza al conocimiento científico, lo diferencia del conocimiento ordinario o común. La ciencia es: i) objetiva y compatible, porque es verificable o repetible en las mismas condiciones, pero también es subjetiva, dado que los “hechos” pueden interpretarse a través de normas que permitan encontrarle un sentido, y ii) es válida, porque es aplicable a una gama de situaciones. La característica y herramienta de la ciencia es el método científico.

EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

Tomado de: Cerda, Hugo. (1990).
Introducción a la Investigación. Ediciones Búho. Bogotá Colombia.

El conocimiento científico

El hombre, decía Aristóteles, aspira, por su propia naturaleza, a conocer. El hombre no se limita a actuar entre las cosas; quiere conocer esas cosas entre las que actúa, por la satisfacción que el conocimiento mismo le procura. El hombre es no sólo homo faber, sino también homo sapiens; no sólo capaz de construir las herramientas que le permitan dominar mejor el mundo, sino también capaz de contemplar desinteresadamente ese mundo y de contemplarse a sí mismo. El hombre tiene, además de una capacidad práctica, una capacidad teorética. En nuestra vida diaria contemplamos las cosas y formulamos juicios sobre ellas. “Llueve”; “el camino dobla a la derecha”; “el sol madura los frutos”. Todas esas afirmaciones son conocimientos; todas esas afirmaciones suponen una actitud contemplativa fundada en la actividad de nuestro pensamiento. Hay en ellas razonamientos, juicios, conceptos. No hay todavía ciencia, sin embargo, porque esos conocimientos permanecen aislados, o tienen, con otros, relaciones vagas. No están ordenados, ni rigurosamente fundados. Son conocimientos comunes, no científicos.

La ciencia como conjunto de conocimientos relacionados lógicamente.

Como todo conocimiento, el científico se refiere aun objeto: es conocimiento de algo. Si hablamos de la ciencia, entendemos que su objeto es la realidad misma, presente, pasada y futura, material y espiritual. Si hablamos de las ciencias, distinguimos, en aquel objeto que es la realidad única, diversas zonas o aspectos, cada uno de los cuales es el objeto de cada una de las ciencias.

Pero una ciencia no estudia todas las particularidades de su objeto; elige sólo aquellas que permiten descubrir relaciones lógicas. No nos interesa, por ejemplo, saber exactamente cuántas hojas hay en un determinado bosque. Saberlo, sería, desde luego, un conocimiento; pero no agregaría nada a nuestros conocimientos botánicos. El conocimiento científico esquematiza los objetos; atiende exclusivamente a los elementos de los objetos relacionables entre sí. Así como al botánico no le interesa contar las hojas de cada bosque, al historiador no le interesa saber a qué hora exacta nacieron los grandes hombres. Este último dato sería científico si entre la hora del nacimiento de un gran hombre y los hechos en que intervino descubriésemos relaciones. Hay, precisamente, pretendidas ciencias que afirman, con toda arbitrariedad, relaciones inexistentes entre hechos: la astrología, por ejemplo.

Todas las ciencias coinciden en que estudian relaciones, mostrando que ciertos objetos o entes dependen, en una u otra forma, de otros objetos o entes.

La ciencia como conocimiento conceptual.

Aristóteles sostenía, y durante mucho tiempo se ha sostenido lo mismo, que no hay ciencia sino de lo general. El conocimiento científico, por atender sólo aciertos elementos de los objetos o hechos a que se refiere, esquematiza, dijimos. Pero esquematizar no significa forzosamente generalizar. La esquematización científica es generalizante a veces; pero no la es siempre. Hay ciencias que generalizan, como la física, la química, la biología; pero, hay ciencias que no generalizan, como la historia, la geografía. Si se sostiene que sólo hay ciencia de la general, la historia y la geografía no serían ciencias. Pero son ciencias porque establecen, entre los hechos que estudian, relaciones lógicas, mostrando que unos hechos dependen de otros.

Cuando se dice que no hay ciencia sino de lo general, la que se sostiene es que no hay sino conceptos generales. Pero hay conceptos individuales: “La Revolución de Mayo”, por ejemplo. La ciencia es, pues, conocimiento por conceptos.

La ciencia como conocimiento sistemático.

En ciencia no hay conocimientos sueltos. Un simple agregado de conocimientos no constituye ciencia. El conocimiento científico no aumenta por simple acumulación. Todo conocimiento científico es parte de un conjunto al que está relacionado de manera tal que sólo cobra todo su sentido en función de ese conjunto. No entenderemos qué es un tejido si no tenemos en cuenta el órgano de que forma parte; y sólo entenderemos el órgano si tenemos en cuenta el aparato a que pertenece; y sólo entenderemos el aparato si tenemos en cuenta la totalidad del organismo. Cuando existe esa relación de todo a parte, tenemos un sistema. La ciencia es conocimiento sistemático.

La ciencia como conocimiento metódicamente fundado.

El conocimiento científico es siempre fundado. La ciencia aspira a dar razón de todas sus afirmaciones. En matemáticas no se sistematiza ni se demuestra como en historia o como en biología. Los tipos de relaciones que esas ciencias establecen son diferentes y también son diferentes los procedimientos con que cada una de ellas fundamenta las relaciones que entre sus hechos establece. Cada ciencia recurre, para descubrir las relaciones, para sistematizarlas, para fundamentarlas, para probarlas, a métodos especiales. La exigencia común a todas es la de respetar las leyes del pensamiento; pero ese respeto, aunque es necesario, no es suficiente. En unos casos habrá que enunciar un principio; en otros, enunciar postulados; en otros, realizar una experiencia; en otros, suponer la existencia de entes nuevos; en otros, imaginar hechos simplemente verosímiles. Pero de lo que siempre se trata es de que ninguna afirmación quede aislada del conjunto de afirmaciones y de que todas ellas aparezcan justificadas, aunque sólo sea provisoriamente.

La ciencia y las ciencias

Cada ciencia constituye un sistema. Se puede, sin embargo, aspirar a la constitución de sistemas más amplios, que abarquen a los ya existentes; y hasta se puede aspirar a constituir un único sistema, que sería el sistema científico. Si la realidad es una, tiene que haber un sistema que sea el sistema de esa realidad. La multiplicidad de las ciencias no niega la posibilidad de ese sistema único. Al contrario: el que toda ciencia exija sistematización muestra lo que hay de común entre todas ellas: la sistematización misma.

Las ciencias se dividen la realidad y construyen sistemas parciales; la subdivisión del trabajo obliga a crear, dentro de cada uno de esos sistemas, otros sistemas parciales; pero entre estos sistemas parciales se establecen, de pronto, conexiones nuevas que determinan nuevos sistemas. La química y la física son sistemas independientes; pero de pronto se constituye la físico – química. La fisiología, la psicología, la sociología, la mecánica, son sistemas independientes; pero de pronto se constituye, como ha sucedido últimamente, la cibernética (de quibernetes, piloto, timonel) que estudia la teoría de todas las formas posibles de comunicación y control mediante la interpretación de los síntomas con que se traducen los hechos de cualquier índole, y que ha llevado, por ejemplo, a la construcción de las grandes máquinas calculadoras.

Las ciencias como sistemas abiertos.

Las ciencias son sistemas abiertos en el sentido de que sus relaciones deben permitir su propio enriquecimiento. Un sistema estando más valioso cuanto mayor sea e número de relaciones que permite establecer entre los hechos ya conocidos y entre éstos y los hechos nuevos. Un sistema no es, pues, simplemente un resultado, sino, también, un punto de partida para nuevas investigaciones. Esto da a la ciencia su carácter progresivo. Por eso mismo, un sistema científico nunca es definitivo: contiene la posibilidad de su propia rectificación; es decir, la posibilidad de reestructuración en un sistema más amplio que permita la introducción, sin contradicción, de los nuevos hechos descubiertos.

La posibilidad de la investigación científica depende de la ordenación misma en que un sistema científico consiste. El orden que introducimos en nuestros conocimientos hace posible la investigación de lo desconocido; y el descubrimiento de lo que era desconocido hace posible la nueva ordenación de nuestros conocimientos. Investigación y ordenación son dos aspectos de la misma exigencia: sistematizar. En cuanto se ordenan ciertos conocimientos, ya esta dado el método con que se ha de investigar; y en cuanto se investiga, ya está supuesto el orden que nuestros conocimientos han de tener. La nueva investigación obliga a rectificar el orden, y el nuevo orden obliga a rectificar las investigaciones. En ciencia nada se da aislado, dijimos; tampoco se dan aislados el orden de sus conocimientos y la dirección de la investigación de conocimientos nuevos.

Objetividad de la ciencia

Nada individual, ni las preferencias, ni las tendencias, ni las aspiraciones, deben ser agregadas a los hechos, ni intervenir en su explicación. La ciencia quiere ser conocimiento, exclusivamente; puede, la búsqueda del conocimiento, estar sostenida por la pasión, y pueden, las explicaciones científicas, satisfacer estéticamente al investigador; pero el conocimiento mismo debe permanecer inafectado por esos elementos que a veces le acompañan. Por eso es rigurosamente aplicable a la ciencia la afirmación según la cual la persecución de la verdad es una forma de coraje: exige el sacrificio de todo otro interés que no sea el de la verdad misma.

El instrumento con que el hombre de ciencia trabaja es su inteligencia; el sentimiento y la voluntad han de ponerse al servicio de la inteligencia, y no utilizarla para que acomode los hechos a fines que no son los de la obtención de la verdad. Faraday, refiriéndose al hombre de – ciencia (aunque hablaba del “filósofo”), decía: “Tiene que ser un hombre que escuche todas las sugestiones, pero que esté resuelto a juzgar por sí mismo. Que no se deje desviar por las apariencias; que no tenga hipótesis favoritas; que no pertenezca a ninguna escuela y que, en materia de doctrina, no tenga maestro. Tiene que respetar no a las personas, sino a las cosas. Su principio objetivo es la verdad...”. La famosa frase “Platón es mi amigo, pero más amiga mía es la verdad”, ha sido la traducción clásica de esa aspiración a la objetividad.

Se ha dicho alguna vez que la actitud objetiva pretende nada menos que conocer las cosas como las conocería Dios. Ese es el reproche y el elogio que se le hizo a Descartes. El arte puede ser la realidad vista a través de un temperamento, como se lo ha definido; en la vida práctica, los argumentos que invocamos son, muchas veces, "no lo que ellos son, sino lo que nosotros somos". En uno y otro caso, entra en juego la subjetividad. La ciencia aspira a eliminar la subjetividad. El corazón tiene razones que la razón no conoce, decía Pascal. Pero la ciencia no puede invocarlas: tiene que invocar las razones de la razón.

Por objetividad no ha de entenderse, sin embargo, la eliminación del sujeto. Éste interviene con su inteligencia, que es actividad y no pasividad. La ciencia es una creación del hombre, y exige la actividad de su inteligencia. La eliminación de la subjetividad significa, simplemente, la eliminación de los elementos afectivos: "No hay ciencias sentimentales"; y la eliminación, también, de los elementos volitivos. La afectividad y la voluntad son forzosos, sin embargo, porque el hombre no puede escindirse. Lo único que se exige, cuando se habla de que la ciencia debe ser objetiva, es que esos elementos afectivos y volitivos no se incorporen al sistema de relaciones en que la ciencia consiste, y no desvirtúen el fin de la ciencia, que es el conocimiento de la realidad. Pero, por el simple hecho de que la ciencia es obra de la inteligencia del hombre, éste se halla ya comprometido en ella. La ciencia es objetiva, pero es un hecho humano.

El valor de la ciencia

Los puntos de vista acerca del valor de la ciencia son, aun entre los mismos hombres de ciencia, diversos y hasta opuestos. Para unos, la ciencia tiene por función suministrar una explicación posible de los hechos. Basta que la ciencia los explique de manera satisfactoria para nuestra razón, para que la teoría o el sistema con que presenta esa explicación sean declarados válidos. Para otros, la función explicativa de la ciencia debe ir más lejos: ofrecernos el sistema único que descifre la realidad también única. No hay dos realidades; no puede, pues, haber dos explicaciones igualmente válidas de la realidad. La ciencia es una porque la realidad es una; y la realidad, que es una, es un sistema coherente que no puede ser explicado sino por un solo sistema de pensamientos coherente. Para estos últimos la función de la ciencia es cognoscitiva: aspira a conocer la realidad.

Otros ven ante todo en la ciencia una construcción del espíritu humano, libremente creador. En el descubrimiento de las armonías del pensamiento, que coincidirán, o no, con la armonía de la realidad, ven el principal valor de la ciencia. Ésta es la tendencia de muchos matemáticos, que han llegado a ver en su ciencia algo así como un juego de ajedrez, en que el pensamiento se dicta las leyes a que luego se somete. La función de la ciencia así entendida es, ante todo, estética.

Para otros, la función de la ciencia es meramente descriptiva. No se trata, en esta interpretación, de descubrir qué son las cosas; se trata, simplemente, de decir cómo son, sin penetrar más allá. La metafísica queda, así, fuera de las preocupaciones de la ciencia. "En ciencia se ha dicho, creyendo así condenar a la metafísica, nada es profundo: todo es superficial".

Para otros, en fin, la función de la ciencia es práctica: la ciencia es el instrumento con que dominamos la realidad.

Valor explicativo de la ciencia.

Einstein ha comparado la ciencia a una novela policial. Se trata de un misterio aun no resuelto; y ni siquiera podemos estar seguros de que tenga solución. Lo que hasta ahora llevamos leído de ese gran libro de la naturaleza en que está escrita la novela policial, nos ha permitido familiarizarnos con sus personajes y descubrir algunas pistas, y experimentar algunas fuertes emociones. A pesar de lo mucho que llevamos leído, estamos aún lejos de la solución, si es que existe. En distintas etapas hemos sabido encontrar una explicación coherente con los datos de que disponíamos; pero un nuevo dato nos obligó a abandonar la explicación. Y todavía seguimos leyendo, admirando cada vez más la perfecta construcción del libro, aun cuando la solución parece retroceder a medida que avanzamos. En las novelas policiales llega un momento en que el lector dispone de todos los datos. Aunque aparentemente inconexos, son los datos suficientes para, sin más búsqueda, hallar, a fuerza de meditación, la clave del misterio. Conan Doyle, cuando dispone de todos esos datos, se sienta a fumar una pipa, o toca su violín, hasta que, de pronto, "¡Ya está!": sabe no sólo cual es la clave, sino, también, cuáles otros hechos tienen, necesariamente, que haber sucedido. En la novela policial de la naturaleza nunca se dispone de todos los datos. Y el lector del libro de la naturaleza no puede, como los lectores impacientes, ir a la última página del libro, en busca de la solución. No hay última página en que ya esté dada la solución. El hombre de ciencia tiene que investigar el misterio buscando los datos y, mediante su pensamiento creador, poner en esos datos coherencia. Pero – y esta diferencia es aún mayor – el hombre de ciencia no cuenta, como el detective, con un crimen ya cometido. Tiene que cometer su propio crimen: el mismo crimen que luego investigará. Tiene, por ejemplo, que hacer saltar una chispa eléctrica, para después investigar ese misterio.

Estamos, en esta concepción einsteniana, lejos del optimismo de Galileo, para quien la naturaleza era también "un libro escrito en caracteres matemáticos", y bastaba conocer los caracteres para poder leerlo y entenderlo y para que el misterio quedase definitivamente resuelto. Para Einstein – y, con él, para muchos grandes hombres de ciencia contemporáneos – el misterio será siempre insoluble.

El físico se halla como ante un reloj cerrado, que le es imposible abrir. Ésa es la naturaleza. Todo lo que el físico puede hacer es construir un mecanismo con el que se consiga hacer andar dos manecillas con el mismo movimiento del reloj cerrado. Cuando consiga eso, se declarará, como hombre de ciencia, satisfecho: Ya ha encontrado un sistema que explique cómo pueden suceder las cosas en el reloj cerrado. Pero no tendrá nunca la seguridad de que en el reloj cerrado haya un mecanismo igual. Y, yendo más lejos, podríamos agregar que no tendrá nunca la seguridad de que dentro de aquel reloj cerrado haya o no un mecanismo. La ciencia hace inteligible el mundo. No asegura, ni puede asegurar, que el mundo sea inteligible. Esto último no es problema científico, sino filosófico.

Pero no faltan quienes sostienen que la ciencia está encargada de encontrar no una explicación posible de los hechos, sino la explicación. Para ellos (James Jeans, por ejemplo) el mundo físico tiene, en sí mismo, una racionalidad que la ciencia se esfuerza por descubrir. Como los hombres de la caverna platónica, estamos amarrados de espaldas a la luz, sin poder darnos vuelta para ver directamente a quienes pasan detrás de nosotros y proyectan las sombras que contemplamos en la pared de esa caverna. Pero aun cuando sólo vemos sombras, podemos, si observamos detenidamente, descubrir que esas sombras juegan, por así decir, un juego de ajedrez que se rige por las mismas leyes de ese otro admirable juego de ajedrez que es la ciencia inventada por los hombres en sus más lúcidos momentos de ocio.

Valor estético de la ciencia.

Por eso ha podido también llegar a decirse lo que de otra manera resultaría absurdo – que la ciencia tiene una función estética. Lo que al puro hombre de ciencia le interesa es la belleza de ese juego de relaciones que al final de su investigación consigue establecer: "Si la naturaleza no fuese bella – decía el gran hombre de ciencia que fue Poincaré – no valdría la pena de conocerla, y tampoco la vida valdría la pena de ser vivida. La belleza intelectual se basta a sí misma; y sólo por ella, más que por el futuro de la humanidad, es que el sabio se condena a largos y penosos esfuerzos". ("Como toda armonía es un grado, por débil que sea, de belleza – escribió Lachelier – no temamos decir que una verdad que no fuese bella no sería sino un juego lógico de nuestro espíritu, y que la única verdad sólida y digna de este nombre es la belleza".)

Esto no significa, desde luego, que la función de la ciencia concluya en la contemplación estética de la armonía de las relaciones pensadas por el hombre. La coincidencia de esa armonía con la del universo es una nueva armonía, más sorprendente aún que la del pensamiento científico. Es en esa armonía donde lo bello y lo útil se unen. Y es gracias a esa armonía que la ciencia resulta ser no un mero juego, sino, además, un instrumento para el dominio del mundo por el hombre. La naturaleza, gracias a esa armonía, se supedita a los fines que el espíritu persigue.

Valor descriptivo de la ciencia.

La ciencia debe limitarse a darnos la descripción clara y económica de los hechos positivos. Éste es el punto de ,vista defendido a fines del siglo pasado por Mach en su famoso libro Análisis de las sensaciones. Todo lo que sea metafísica filosofía: debe, también, según Mach, ser eliminado de la ciencia. La; hipótesis que se sustraiga? al contralor de la experiencia deben ser igualmente eliminadas. La ciencia tiene que observar un solo campo, y trabajar en el: el de las sensaciones, que es todo lo que podemos conocer. Ni siquiera necesitamos plantearnos el problema de si existe o no un mundo exterior a nosotros. Haya o no un mundo exterior, lo que la ciencia diga no puede ser sino lo que el mundo de las sensaciones le permita decir. Hay, en ese mundo que se ofrece al hombre de ciencia, relaciones funcionales de elementos. Esas relaciones son las que hay que describir. No necesitamos hablar de “fuerzas” misteriosas, ni de “causas”. Sólo debemos decir: sucede esto, luego sucede esto otro, luego esto otro. Podemos llegar a descubrir las relaciones que nos permitan prever si sucederá tal o cual cosa, pero nada más. “Causas”, “fuerzas”, “mundo exterior”, son conceptos metafísicos que la ciencia no necesita para su progreso.

Valor práctico y social de la ciencia.

Una interpretación contemporánea de la ciencia atribuye a ésta un simple valor instrumental. El pragmatismo, que sólo reconoce la verdad en su eficacia, termina por limitar el valor de la ciencia a sus resultados en la acción del hombre. Una teoría científica sólo tiene el sentido que le dan las consecuencias prácticas que resultan de ellas, y las leyes científicas no son sino normas de acción.

El siglo XIX vio en la ciencia la salvación posible de la humanidad. El conocimiento científico – entendiendo por tal el conocimiento físico natural – es el único universalmente comunicable, y el único justificable, porque es el único que no recurre, para fundarse, a la experiencia privada. La unidad de los hombres sólo es posible a través de pensamiento científico, que, al mismo tiempo que nos permitirá dominar la naturaleza, liberará al espíritu de toda estrechez subjetiva. Esta concepción, extremándose, acentuó el aspecto técnico de la ciencia, sus aplicaciones prácticas, y propugnó el advenimiento de la tecnocracia, o gobierno del mundo por quienes en los laboratorios y en las usinas eran capaces de producir todo lo que el hombre necesita para dejar de ser esclavo de la, naturaleza. El fracaso de la ciencia griega, o su incapacidad para ir más allá de ciertos límites, se habría debido a su falta de sentido social: es decir, a su incomprensión de la verdadera misión de la ciencia: actuar sobre el medio y mejorar las condiciones de vida del hombre. Por eso los griegos sólo pudieron aumentar su dominio sobre la naturaleza “aumentando el número de esclavos”. La ciencia griega no comprendió que podía reemplazar a los músculos de los esclavos1. La verdad que esta posición encierra está mal fundada: para que quede asegurado el éxito práctico de la ciencia, es necesario que la ciencia proceda independientemente de las preocupaciones prácticas. La ciencia matemática del siglo XIX, que se planteó el problema de la posibilidad de otras geometrías al margen de la euclidiana, aparentemente sin conexión alguna con la realidad, condujo a concepciones del espacio que a su vez condujeron a la teoría de la relatividad, y ésta a su vez a concepciones sobre la materia y la energía de enormes consecuencias prácticas.

El valor de la ciencia como instrumento para la liberación total del hombre ha sido defendido por Berthelot con estas palabras: “Se ha hablado a menudo del estado futuro de las sociedades humanas; a mi vez, yo quiero imaginarlas, tales como serán en el año 2000, desde el punto de vista puramente químico...En ese tiempo no habrá en el mundo agricultura, ni pastores, ni labradores: ¡ el problema de la existencia por el cultivo del suelo habrá sido suprimido por la química! ¡No habrá minas de carbón de piedra ni industrias subterráneas, ni, en consecuencia, huelgas mineras! El problema de los combustibles habrá sido suprimido por el concurso de la química y la física. ¡No habrá ya aduanas, ni proteccionismo, ni guerras, ni fronteras regadas de sangre humana! ...Cuanto los vegetales han hecho hasta hoy, con la energía tomada del universo ambiente, la cumpliremos nosotros y mucho mejor, de una manera más extensa y perfecta que la naturaleza, tal es el poder de la síntesis química...La felicidad se adquiere por la acción y en la acción llevada a su más alto grado de intensidad por el reinado de la ciencia". (Ciencia y moral, passim.) Gustave Le Ron, iba aún más lejos: “¿Llegaremos a liberar fácilmente la fuerza colosal que los átomos ocultan en su seno? – se preguntaba - ...El sabio que encontrase la manera de liberar económicamente las fuerzas que la materia contiene cambiaría casi instantáneamente la faz del mundo. Una ilimitada fuente de energía estaría gratuitamente a disposición del hombre, y éste no tendría que procurársela por un duro trabajo. El pobre sería entonces igual al rico, y ya no se plantearía ningún problema social". (L’ evolutión de la matiere, pág. 56.)

La ciencia y la metafísica.

Pero ninguna de estas últimas posiciones consigue eliminar totalmente la metafísica. El simple hecho de que el hombre de ciencia se pregunte qué es la ciencia, cuál es su valor, de – muestra que su preocupación no se limita a la descripción de los fenómenos, ni a la búsqueda de normas de acción, ni al dominio de la realidad.

Todos los grandes hombres de ciencia se han formulado, aunque sólo fuese con respecto a su ciencia, la pregunta qué es...Todos ellos han cedido, sin saberlo, a la tentación metafísica. Uno de ellos, el gran matemático y lógico Bertrand Russell, que llegó a afirmar que en matemática nunca se sabía de qué se estaba hablando, ni si lo que se decía era cierto o no, terminó por declarar que, a la larga, hasta el éxito práctico de la ciencia depende de la actitud casi mística en que “el saber consiste en una especie de desposamiento del que conoce con lo conocido”.

La negación del valor de la ciencia

Desde Aristóteles viene repitiéndose que no hay ciencia sino de lo general. Kant expresó lo mismo al decir que pensar es pensar por conceptos (negando la existencia de conceptos individuales). La inteligencia esquematiza la realidad, buscando en ella objetos permanentes y en éstos relaciones permanentes. Renuncia a la aprehensión de toda la riqueza de la realidad, y forzosamente la presenta empobrecida; ante la multitud de los hechos procede a “estandardizarlos”; no ofrece la descripción acabada de cada uno de ellos, ni tampoco una explicación para cada uno de ellos. La ciencia “prepara trajes no de medida, sino de confección”. Frente a una fórmula física, parecería que toda la realidad de los hechos a que esa fórmula se refiere, ha desaparecido. La aspiración de la física a hallar la fórmula única a la cual obedecen todos los fenómenos de la naturaleza, parecería estar condenada a contradecir el objeto de la ciencia, que es el de conocer la realidad.

Las objeciones de este tipo, hechas al conocimiento científico – con excepción del histórico, que plantea problemas especiales-, son frecuentes en las escuelas intuicionistas, para las cuales el conocimiento no debe renunciar a aprehender la totalidad de lo real. Vulgarmente suele también invocarse la riqueza de la simple sensación, que nos da inmediatamente la realidad “tal cual” es. La ciencia, que pretende conocer la realidad “tal cual es”, nos ofrecería, en cambio, un simple esquema muerto. Pero la sensación no puede darnos sino éste o aquel aspecto de la realidad, nunca la realidad; la sensación puede revelamos un hecho en toda su riqueza, pero nunca la riqueza de toda la realidad con sus hechos infinitos. Se limita, por de pronto, al presente. Y la realidad no es solamente el presente. La función de la inteligencia, instrumento de la ciencia, no es la de sentir, así como la función de los sentidos no es: la de entender. Ya Kant había señalado esa doble imposibilidad: querer sentir con la inteligencia y querer entender con los sentidos. El presente, esquematizado por la inteligencia, nos permite sin embargo proyectamos hacia el pasado y hacia el futuro con más seguridad que la sensación no esquematizante. Las fórmulas científicas, a pesar de su carácter general y esquemático, nos permiten descubrir lo que parecía reservado al goce estético o a la acción voluntaria: que nuestra inteligencia no esta desconectada de la realidad: si estuviese desconectada de ella, no podría traducirla en fórmulas que son eficaces hasta para la obtención de aquel goce estético y para el buen éxito de aquella acción voluntaria. Cuando los pitagóricos descubrieron que la altura de los sonidos dependía de la longitud de las cuerdas, redujeron a fórmulas numéricas la riqueza de la música; pero precisamente por eso hicieron posible el aumento de esa riqueza y el refinamiento de aquel goce estético.

El esquema no es el empobrecimiento de la realidad: es la norma que pone arquitectura en el aparente caos de lo real y muestra que ese aparente caos es un universo. Ése carácter esquematizante de la ciencia tiene un riesgo, que es el de confundir los esquemas con la realidad misma. El sentido de una cantata de Bach no se agota en las fórmulas de las leyes acústicas, desde luego; y un sistema solar no se agota en las fórmulas de la gravitación universal. Pero la confusión entre el esquema y la realidad no es imputable a la ciencia, sino al temperamento de algunos hombres de ciencia. Imputable al temperamento: es decir, imputable a la subjetividad.

Tipos de Ciencia

a. Formal o pura, cuyas características son: i) estudia las formas o ideas, ii) usa el proceso deductivo, iii) usa la lógica para demostrar rigurosamente los teoremas propuestos. Ejemplos: la lógica, la matemática.

b. Fáctica o Factual o Aplicada, cuyas características son: i) estudia la realidad (acontecimientos, procesos, fenómenos, sistemas), ii) usa como método: la observación y la experimentación, y iii) no considera válida una información obtenida por deducción, sino es confirmada por los hechos. Hay Ciencias factuales Naturales: biología, química, física, psicología de individuos; y Ciencias factuales Antrópicas o Culturales: sociología, psicología social, ciencias políticas, historia, etc.

Ciencia y Tecnología

Históricamente la ciencia y la tecnología (CyT) han estado separadas. El hecho del creciente impacto de la ciencia sobre la tecnología ha conducido a la idea equivocada de que la tecnología es solamente ciencia aplicada. Asi como la ciencia tiene su dinámica interna; la “nueva tecnología” frecuentemente emerge de otra tecnología más antigua, no de la ciencia.

La tecnología antecedió a la ciencia, el hombre primitivo estaba familiarizado con diversas técnicas. La tecnología a menudo se ha anticipado a la ciencia, con frecuencia las cosas son hechas sin un conocimiento preciso de cómo o por qué son hechas; es el caso de las primitivas tecnologías. La CyT comenzaron a interactuar durante el siglo XIX, antes pocas

Invenciones estaban basadas en la ciencia, se apoyaban casi completamente en el conocimiento empírico y en la perspicacia de los artesanos, sin componentes científicos perceptibles. Hacia la segunda mitad del siglo XIX la ciencia estimuló muchas invenciones conduciendo al crecimiento de tecnologías e industrias basadas en la ciencia, por ej: la electricidad y la química.

TEORIA o sistema conceptual.

Una teoría científica (TC) puede definirse como conjunto de proposiciones formales de la cual se pueden deducir varias observaciones empíricas. Las teorías son elaboradas para comprender los fenómenos surgidos en la realidad objetiva Características de la teoría: i) es una construcción hipotética, ii) expresa una generalización, y iii) constituye un sistema organizado.

Cómo se formula una teoría.

La mayor parte de las TC, por su misma concepción son inductivas (observación y acumulación de hechos), es decir parten de los hechos concretos, identificando regularidad en los acontecimientos, para llegar a generalizaciones y principio s abstractos. Sin embargo, también hay TC deductivas (teorización o deducción de consecuencias sobre los hechos o la relación entre éllos), es decir, que parten de postulados y teoremas sistematizados, para luego organizar leyes conectadas formal y deductivamente, sujetas a una posterior verificación empírica, en una realidad concreta.

Funciones de la teoría.

1) Delimita un área del conocimiento, permitiendo al científico circunscribir el fenómeno a estudiar.

2) Intenta resumir los conocimientos a cerca de las leyes, a través de proposiciones deductivas de carácter abstractas.

3) Trata de explicar los fenómenos. Es un intento creativo de explicar, qué es un fenómeno y por qué es así. Por ejemplo: en el aprendizaje, las leyes nos dicen “cómo (efecto o variable Y) es el aprendizaje”, en tanto, las teorías tratan de explicar “por qué (causa o variable X) ocurre el aprendizaje”.

4) Identifica los campos que requieren investigación.

LEY

Enunciado de las relaciones constantes y objetivas que rigen los fenómenos. Las leyes son el cuerpo de las teorías.

Características

a. Empíricamente confirmada, es decir, que su validez es producto de verificaciones.

b. Pertenecer a un sistema científico, es decir, que formen parte de alguna de las teorías existentes.

5 comentarios:

  1. Facilitadora: Evelin Fernández
    Participante: Pura Rodríguez
    C.I. 4.295.836
    Sección: 1-B
    Turno: Mañana
    Puerto Ordaz: 05/09/12
    INTRODUCCIÓN
    Esta investigación se hace con el propósito de dar a conocer que es un paradigma positivista, conocido también como neopositivista. El cual surge como una reacción contra los excesos de la especulación metafísica. El neopositivismo nace en una tradición sajona, se basa en una visión lógica del lenguaje. Este paradigma está bajo el enfoque cuantitativo el cual busca responder preguntas tales como cuál, dónde, cuándo. Se basa en la toma de muestras pequeñas, esto es la observación de grupos de población reducidas. Se recogen y analizan datos cuantitativos sobre variables. Esta investigación trata de determinar: la fuerza de asociación o correlación entre variables, la generalización y objetivación de los resultados a través de una muestra para hacer inferencia a una población de la cual toda muestra procede. Tras el estudio de la asociación o correlación pretende, a su vez, hacer inferencia causal que explique por qué las cosas suceden o no de una forma determinada. Su objetivo último es predecir y controlar los fenómenos naturales. La metodología más adecuada es el experimentalismo empírico. Las preguntas e hipótesis son enunciadas por adelantado en forma proposicional y sujetas a comprobación empírica bajo un cuidadoso control de las condiciones en las cuales se realiza el experimento. Cabe resaltar que en esta investigación se aplican datos estadísticos. En fin investiga el por qué y para qué de la indagación. Ahora bien el paradigma postpositivista con enfoque cualitativo surge en oposición al positivismo.es un método de investigación usado principalmente en las ciencias sociales que se basa en cortes metodológicos basados en principios teóricos tales como la fenomenología, hermenéutica, la interacción social empleando métodos de recolección de datos que son no cuantitativos, con el propósito de explorar las relaciones sociales y describir la realidad tal como la experimentan los correspondientes. Esta investigación requiere de un profundo entendimiento del comportamiento humano y las razones que lo gobiernan. Tiene como objetivo la descripción de las cualidades de un fenómeno como sea posible. Busca un concepto que pueda abarcar una parte de la realidad.

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  2. Paradigma positivista con enfoque cuantitativo
    Antes de comenzar a desarrollar lo que es un paradigma positivista o cuantitativo, debemos saber que es el positivismo: Augusto Comte señala que es una corriente o escuela filosófica que afirma que el único auténtico es el conocimiento científico; en el cual se deriva la epistemología surge como manera de legitimar el estudio científico naturalista del ser humano, tanto individual como colectivamente. el objetivo del conocimiento para el positivismo es explicar causalmente los fenómenos por medio de leyes generales y universales, lo que le lleva a considerar a la razón como medio para otros fines (razón instrumental). La forma que tiene de conocer es inductiva, despreciando la creación de teorías a partir de principios que no han sido percibidos objetivamente. Paradigma positivista, también llamado cuantitativa, empírico, analítico, racionalista, ha sido considerado el modelo dominante en la ciencia sociales hasta tiempo reciente. Su finalidad es explicar, predecir, controlar los fenómenos, verificar teorías, leyes para regular los fenómenos. Los principios del positivismo es una corriente de pensamiento cuyo inicio se suele a tribuir a los planteamientos de Augusto Comte, donde él dice que es paradigma no admite como valido a otros conocimientos, sino los que proceden de la ciencia empírica. El solo reconoce únicamente como reales los objetivos gobernados por leyes universales válidas, solo lo demostrable científicamente, el cual rechaza lo sobre natural. Los objetivos es comprenden la investigación científica, la formulación de leyes y el establecimiento de causas y efectos de los fenómenos. En el ámbito educativo, este paradigma establece que solo puede haber conocimiento verdadero de lo que ocurre en los hechos objetivamente observables y descubrir las leyes por las que se rige a los, fenómenos educativos. El investigador en la ciencia sociales se adhiere, a las dos posiciones existentes sobre la naturaleza del conocimiento: la hipótesis ontológica o la hipótesis fenomenológica, la hipótesis ontológica es propia de la aproximación positivistas. La aceptación del principio de objetividad supone asumir que la realidad está sometida a leyes invariables, que afecta al comportamiento de los actores, la aceptación de la hipótesis ontológica y el determinismo del mundo social., hace que el objetivo del conocimiento sea esclarecimientos de las leyes universales que rigen los sistemas sociales. Otro de los elemento de un paradigma epistemológico es el criterio por el que determinado conocimiento es considerado como válido. La validez viene determinada por criterios de demarcación, verificación, confirmación y la falsación, los modelos de razonamientos asociados por estos

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  3. El método inductivo y deductivo y el método hipotético deductivo.la realidad está dada fuera de nosotros es única y objetiva puede ser fragmentada para su análisis y las partes pueden ser manipuladas independientemente, sujeta acceso a la realidad mediante los sentidos la razón y los instrumentos que utilice lo que es dado a los sentidos puede ser considerado como real. El sujeto y objeto de conocimiento son independientes ya que se plantea como principio de la neutralidad valorativa, esto quiere decir que el investigador se ubique en una posición neutral con respecto a las consecuencias de sus investigaciones. En la concepción dialéctica del conocimiento el sujeto construye el objeto, y no hay posibilidad alguna de que el sujeto acceda absolutamente al objeto, Las principales limitaciones de este paradigma son: defiende la falsa neutralidad científica, extrapolada, los métodos de las ciencias naturales a las ciencias sociales, predominan los aspectos cuantitativos y los métodos empíricos y establece distancia entre el investigador y los sujetos investigados. Entre las corrientes positivistas se puede mencionar al positivismo ideológico, al empírico criticismo, al positivismo metodológico o conceptual al positivismo analítico, al positivismo sociológico, al positivismo realista y al neopositivismo (empirismo lógico o neopositivismo lógico). Los enfoques sociologistas en filosofía de la ciencia y epistemología han sido tradicionalmente los principales críticos del positivismo, aunque ambas posturas no son necesariamente contradictorias. La investigación cuantitativa se revisa extensamente las bibliografías. Antes de orientar la investigación se establecen "por escrito" todas las previsiones posibles. En definitiva este paradigma tiene como finalidad explicar los fenómenos por medio de leyes generales y universales, así mismo es empírica, analítica, racionalista, ha sido considerado como el modelo dominante en las ciencias sociales. Busca sólo hechos y causas de los fenómenos, predecir y controlar, verifica teoría a través de la validez, solo puede haber conocimientos verdaderos de los hechos que ocurren objetivamente observables.
    Paradigma postpositivista con enfoque cualitativo

    Diferentes autores ubican sus orígenes en distintos momentos, sin embargo, concordamos con Mertens (2005) en que el constructivismo es tal vez el paradigma que influyó más en el enfoque cualitativo, ciertamente muchos diferirán, pero su peso es innegable, y que tiene sus primeros cimientos con Emmanuel Kant (siglo XVIII). Este paradigma surge en oposición al cuantitativo.

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  4. Durante el siglo XX se comenzó a estudiar el comportamiento del hombre para comprender cómo las personas piensas, se comportan y cómo interactúan. Como resultado de una investigación social los sociólogos en la disciplina de comunicación encontraron un modelo después de la naturalistica de física y biología. Nosotros usamos el concepto post- positivismo para enfatizar que incluso la comunicación teórica de hoy en día puede tener rutas con el positivismo importante del momento. El post positivismo comenzó gracias a investigadores sociales que sostenían que requería una diferencia radical en la filosofía de la ciencia, fue entonces cuando la ontología real, la epistemología objetiva reemplazaron los valores impuestos. La ontología con fundaciones realistas provee bases del progreso en la acumulación del conocimiento en el post- positivismo y su tradición. Un grupo social ha llegado hasta ciertas creencias sobre el mundo que no son necesariamente verdades. Teóricos interesados en la persuasión ponen su atención en ciertos mensajes que son efectivos al persuadir diferentes tipos de individuos. Los estudiantes del post positivismo creen que las teorías deben de proveer explicaciones generales para la conducta observable típica que lleva a la relación de causa y efecto. El paradigma postpositi¬vista, efectúa un rescate del sujeto y de su importancia. Así, la observación no se¬ría pura e inmaculada, sino que implicaría una inserción de lo ob¬servado en un marco refe¬ren¬cial o fondo, constituido por nuestros valores, intereses, actitudes y creencias, el cual daría sentido para nosotros. Tiene como propósito dar respuesta directa a las soluciones de problemas, condiciones previas y precisas para el nacimiento del mismo; ya que los problemas y dificultades proporcionan los datos necesarios para un cambio, siendo un aporte esencial para entender las transformaciones que se están dando en el mundo. Este paradigma enfatiza la criticidad múltiple remediando las discrepancias y permitiendo la indagación en escenarios naturales, usando métodos cualitativos dependiendo más de la generación emergente de datos y haciendo del descubrimiento una parte esencial del proceso de indagación. Se le considera en lo metodológico como una modificación al positivismo en su proceder experimental y manipulativo. En términos generales los estudios cualitativos involucran la recolección de datos utilizando técnicas que no pretenden asociar las mediciones con números. Entre ellas están la observación no estructurada, las entrevistas abiertas, la revisión de documentos, la discusión grupal, historias de vida y muchas otras, a diferencia de los cuantitativos no pretenden generalizar a partir de los resultados a poblaciones más amplias ya que no se interesa en obtener muestras representativas. Se fundamentan mas en un proceso inductivo, van de lo particular a lo general.

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  5. Se le denomina enfoque holístico porque se precia de considerar el todo de indeterminado contexto, sin reducirlo al estudio de sus partes. Por lo general se utiliza al inicio de la investigación como una forma de obtener la información que permitirá conocer el fenómeno en su totalidad antes de adentrarse a formular preguntas o hipótesis. Con frecuencia se basa en métodos de recolección de datos sin medición numérica, tales como as descripciones y las observaciones. Su propósito consiste en “reconstruir” la realidad tal y como la observan los actores de un determinado sistema social. En definitiva este paradigma tiene interés por comprender el comportamiento humano desde el marco de su protagonista, es subjetivo, va orientado hacia el descubrimiento, exploratoria, descriptiva, inductiva, orientado hacia el proceso de cambio, tiene preferencia por los métodos cualitativos. El mismo es hermenéutico, fenomenológico, etnográfico, interpretativo. Es sociocritico, esta perspectiva surge como respuesta a las tradiciones positivistas, tiene como finalidad la transformación de la estructura de las relaciones sociales y dar respuestas a determinados problemas. Sus principios son: conocer y comprender la realidad como praxis, unir teorías y practica (conocimiento, acción y valores), orientar el conocimiento, liberar al hombre, implicar al docente a partir de la autorreflexión.
    CONCLUSIÓN
    - El tema tratado sobre la evolución de la Episteme en el Paradigma Cuantitativo, este se refiere a los diferentes métodos de estudio, los cuales se basan en sus propias teorías, donde cada una de estas tiene diferentes modos de ver la investigación. El conocimiento que se obtiene a través de los diferentes métodos de estudio, es que en la investigación siempre esta presente la Episteme y El Paradigma, los cuales tienen reconocimientos científicos comprobables.
    - La investigación es la aplicación del método científico al conocimiento de los problemas del mundo real y de la ciencia y la tecnología. La investigación puede ser cualitativa o cuantitativa, adoptando métodos diversos en función del fenómeno bajo estudio. Todas las investigaciones están orientadas a uno a ambos fines: a crear conocimientos y/o a la solución de problemas, ambos fines no son excluyentes, sino complementarios.

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